Yutaka Kurita
7º Dan, Shihan
Director de Kurita Juku Aiki

Entrevista con Yutaka Kurita Shihan

Entrevista por Liese Klein, Jefe Instructor de Fire Horse Aikido, New Haven, CT

Traducción original por Didier Boyet, 6º Dan, Hombu Dojo

Nota del Editor: Uno de los últimos uchideshi en Hombu Dojo quien estudió directamente con el fundador, Kurita Sensei nació en 1940, y comenzó a estudiar Aikido en 1959. Pronto se unió con Tamura Sensei, Chiba Sensei y Kanai Sensei como un estudiante residente. Desde 1979 Kurita Sensei ha servido como el representante del Aikikai en México.

Gracias a Sansho por permitirnos publicar esta entrevista que fue realizada el 12 de Junio de 2001, en el 2º Campamento de Verano de Birankai International en San Diego, California.

Las fotografías son de Gary Payne. Los ukes en las fotos comenzando desde arriba hasta abajo son Harbrinder Kang, Didier Boyet y Eric Gillet.
Sensei, primero ¿Cómo comenzó en el Aikido?

Yo estaba en una tienda de libros y vi un libro escrito por Kisshomaru Sensei. Yo había practicado algo de judo y kendo en el colegio, pero yo siempre estaba interesado en leer y saber más sobre otras formas de Budo.

¿Usted es de Tokio?

Sí, yo nací en Tokio. Soy un verdadero "Edo-ko" [nativo de Tokio].

¿Cuál fue su primera impresión sobre Aikido?

Yo no entendía nada sobre Aikido. El libro que encontré era difícil de comprender – Kisshomaru Sensei usaba un lenguaje muy abstracto. Pero yo estaba muy interesado en este arte marcial, y yo quería conocer más. Afortunadamente, la dirección del Hombu Dojo estaba escrita en la parte posterior del libro.
Todavía cursaba mi último año en la secundaria cuando por primera vez visité el Hombu dojo. Fui a la clase de las 3 p.m., y vi a Kanai Sensei tomando ukemi. Yo no entendía lo que ocurría, pero lo encontré muy interesante. Me uní el siguiente día. La esposa del Doshu estaba trabajando en la oficina del dojo, y ella me dio todas las formas y recibió mi pago.

¿Cómo era entrenar en ese período de tiempo?

Kanai sensei era cinta blanca en esa época, y Chiba Sensei era nidan. Yo tenía 19 años cuando me uní. Kanai Sensei era unos meses más joven que yo, pero era mucho más avanzado en el Aikido. Me hice amigo enseguida con Kanai Sensei y Chiba Sensei, porque mi idea era que si querías aprender más rápido, era mejor tener cercanía con los uchideshi.

Chiba sensei era un alumno mayor, y él era casi como Waka Sensei en su comportamiento. Él era muy fuerte, y tenía un poder asombroso. Kanai Sensei todavía era cinta blanca, pero él estaba aprendiendo muy rápidamente y mejoraba a un ritmo muy veloz. Al comienzo, yo no sabía quién era quién en el dojo. Nadie te daba una presentación formal a ninguno. Tenías que hacerte amigo de alguien para saber cómo funcionaban las cosas.

A Chiba Sensei le fue encomendado el cuidado del shinzen–el kamiza especial en Hombu Dojo. Se mantenía como un santuario o altar para los ancestros, con arroz y sake, etc. Había que arreglarlo cada día de forma muy cuidadosa. Le pregunté a Chiba Sensei cómo aprendió a hacer este trabajo importante. Él me gritó, “¡lo tienes que averiguar tú mismo!”

¿Cuáles fueron sus primeras impresiones de O-Sensei?

La primera vez que lo vi, yo no sabía quién era. Tenía el pelo blanco, barba blanca—él era la imagen perfecta de un abuelo. Se parecía mucho a mi abuelo. Pasó un buen tiempo hasta que me di cuenta que detrás de esta imagen de abuelo había un asombroso artista marcial. En el mundo del Budo, este hombre era tan importante, quizás el artista marcial más importante del Japón. Era asombrosa la cantidad de personas que visitaban a O-Sensei, gente como Haga Sensei, quien fue alumno de Nakayama Hakudo, el maestro de la espada.
¿Cómo decidió mudarse al dojo? 

Empecé a entrenar más y más. Primero la clase de la tarde, luego las clases de la mañana y de la noche. Cada día, yo practicaba por lo menos tres horas. 
Yo quería convertirme en uchideshi, y entrené lo más duro que podía. Terminé mis estudios de secundaria en Abril de 1959, y fui a reunirme con O-Sensei en Agosto de ese año. Kisshomaru Sensei me dijo, "quieres ser un uchideshi, ¿cierto?" Me llevó a las habitaciones de O-Sensei, y el acordó aceptarme. Yo era el de menor rango—en esa época Tamura Sensei era el uchideshi mayor, seguido por Nishiuchi*, Chiba, Sugano y Kanai.

Yamada Sensei se había ido para New York el año anterior. También había "jun-uchideshi," quienes estaban considerados como uchideshi pero no pernoctaban en el dojo. Los soto deshi pagaban sus cuotas y estaban un poco fuera del sistema. 

De los uchideshi, Kanai Sensei y yo éramos los únicos cintas blancas.

Era muy difícil convertirse en uchideshi en aquella época. La lista se mantenía corta. Muchas personas decían que querían ser uchideshi, pero solo duraban un día. Abandonaban porque el entrenamiento era verdaderamente duro y la comida era muy escasa. 
No teníamos nada de carne, y comíamos pescado solo de vez en cuando. No nos daban café, ni frutas, ni dulces, ni siquiera cerveza. Nuestras comidas consistían en algunos vegetales, arroz y sopa miso. De vez en cuando, algunos de los miembros más pudientes nos traían regalos o nos invitaban a comer afuera. Pero la vida en el dojo era bastante difícil. 

¿De qué manera era su vida como uchideshi?

Yo era el de menor rango, y a menudo nos mandaban a acompañar a O-Sensei a su dojo en Iwama. Solíamos ir allá y trabajar en el jardín, cortar madera, y hacer muchas tareas. O-Sensei cultivaba rábanos daikon, zanahorias y otros vegetales.

En Iwama nosotros tomábamos una clase especial de bokken en la mañana con O-Sensei, una clase cerrada para el público. A menudo solamente éramos tres o cuatro personas—Saito Sensei, a menudo Chiba Sensei, y unos cuantos otros. En la noche había una clase de taijitsu, pero tampoco había mucha gente en esa clase. O-Sensei enseñaba todas las clases, o Saito Sensei las enseñaba si el primero no podía. Pero ninguno de nosotros sentíamos que éramos instructores en verdad—nosotros solo éramos discípulos de O-Sensei. Todos éramos embajadores del arte de O-Sensei. Así es como son las cosas en el Budo tradicional japonés. 
De regreso a Tokio, Osawa Sensei estaba a cargo. Antes de la guerra, Osawa Sensei estaba operando un bar, pero Kisshomaru Sensei lo había llamado de regreso para ayudarlo en el Hombu Dojo. Osawa Sensei ya era 7º Dan en el momento que yo me uní.

Los otros instructores en ese tiempo, además de O-Sensei, fueron Tada Sensei y Arikawa Sensei, ambos 5º Dan. Tamura Sensei era 3º Dan y él estaba enseñando fuera del dojo. A menudo yo iba a la clase de las 3 p.m. dada por Tada Sensei y algunos de los instructores más jóvenes. Kisshomaru Sensei estaba enseñando en la mañana y en la noche. Osawa Sensei enseñaba la clase de las 8 a.m.

¿Cuáles fueron sus experiencias con O-Sensei?

Bueno, una de mis primeras tareas cuando me mudé al dojo fue de preparar el baño de O-Sensei. Él tenía una bañera tradicional japonesa que se calentaba con madera. Yo calentaba el agua, luego sacaba la madera del horno, y llamaba a O-Sensei. Era una distancia considerable desde las habitaciones de O-Sensei hasta el baño, así que para el momento que llegaba, el agua se entibiaba un poco y era perfecto. 

Chiba Sensei y Kanai Sensei me dieron el trabajo de preparar el baño un día. Por supuesto que se me olvidó sacar la madera, y cuando O-Sensei sacó el cubierto de la bañera, el agua estaba hirviendo. ¡Estaba furioso! 

Entró intempestivamente al cuarto de los uchideshi, que quedaba cerca, y comenzó a gritarle a Kanai Sensei. "¿Quién hizo esto? ¿Kanai, me estás tratando de matar?”¡Estaba verdaderamente molesto! Salí corriendo tan pronto escuché sus gritos. Entonces O-Sensei nos llamó a todos al cuarto de los uchideshi y exigió saber quién había cometido el gran error. Yo tomé un paso hacia delante y admití mi error. Dado a que yo era el menor, salí librado. Pero O-Sensei me advirtió, “¡Lo haces otra vez, y estás fuera!” 

También me acuerdo lo extraño que fue que yo comencé a enseñar casi de inmediato. Cuando un instructor estaba afuera o enfermo, el sistema consistía en que el primer uchideshi disponible era el que daba la clase. ¡A veces una cinta blanca como yo estaba enseñando a personas con rango de 5º o 6º Dan en la clase! Alguien solía quejarse si eso ocurría. La respuesta de O-Sensei era que los uchideshi eran los más calificados porque conocían los "kaeshi waza," las técnicas secretas. Él decía que enseñaba los "kaeshi waza" solamente a los uchideshi.

¿Cómo era tomar ukemi para O-Sensei?

Yo era muy malo tomando ukemi para O-Sensei. También había otros instructores que tampoco eran muy buenos, pero yo era el peor. Una vez tuvimos una demostración, y todos los uchideshi estaban allí, en fila y en seiza para tomar ukemi en el orden de rango. O-Sensei llamó a Tamura, Chiba, Nishiuchi–y para el momento de mi turno yo había estado en seiza por una hora. Mis piernas estaban completamente dormidas. Me paré e inmediatamente me colapsé en el tatami. Eso fue el fin del cuento..

Al ver el pasado y sus experiencias, ¿qué fue lo más importante que aprendió de O-Sensei?

Yo aprendí mucho al haber actuado como el portador de equipaje de O-Sensei, en las idas y vueltas a Iwama. Una vez en el viaje de regreso al Hombu Dojo, estábamos cambiando de trenes en la estación de Ueno. Habíamos caminado a través de la estación y luego O-Sensei se volteó a mí. “¡No caminas en absoluto como un artista marcial!” dijo. Entonces me mandó de regreso a la plataforma para caminar de nuevo, esta vez como un artista marcial. 

En otra ocasión, estaba acompañando a O-Sensei a algún lugar. Cuando los uchideshi viajábamos con O-Sensei, debíamos estar parados a la derecha y un poco hacia delante, como una especie de guardaespaldas. Si alguien estuviese en el camino, debíamos empujar o quitar a la persona y proteger a O-Sensei. Creo que yo debí haber sido bastante malo en este deber, porque una vez O-Sensei me dijo, "Vete a mi izquierda. Yo seré tu guardaespaldas.” Entonces fuimos caminando con O-Sensei actuando como mi protector.

Si uno lo piensa, él me estaba haciendo consciente de que el peligro podría venir de cualquier lado. Hay que tener cuidado en ambos lados. Yo creo que esa era la manera en que él me estaba transmitiendo la esencia de Aikido. No es necesariamente la técnica; es la manera de ser un artista marcial, de estar consciente.

¿Cómo terminó enseñando en México?

Cuando O-Sensei murió en 1969, yo decidí abandonar el Aikido. En ese tiempo, todos mis contemporáneos se habían ido del Japón y del Hombu dojo para enseñar en el exterior. Yo abandoné el Aikido y comencé a trabajar para un número de compañías automovilísticas. Por ocho años yo no tuve nada que ver con el Aikido.
Entonces en 1977, Chiba Sensei me localizó y me pidió regresar. Él había regresado al Hombu después de años en Inglaterra. Chiba Sensei me dijo, "Te necesitamos. Tienes que regresar. “Entonces comencé a entrenar de nuevo, y me fui a México en 1979.

¿Qué tal es enseñar Aikido en una cultura diferente? 

Cada cultura tiene su propia manera de pensar. En México, la obsesión cultural es de ser fuerte y poderoso. Yo creo que es porque México es un país en desarrollo, y buscando convertirse en una nación más poderosa. Sin embargo, eso lo hace difícil en México de transmitir un arte como el Aikido, en el cual se intenta no depender tanto en la fuerza ni en el poder. 

También hay una dificultad en superar la barrera del idioma, y tratar de comunicar conceptos muy abstractos. Con mucho del Budo, se intenta transmitir ideas que están fuera de la lógica. La gente quiere la lógica—quieren saber por qué algo se hace de una manera y no de otra. El Budo está más basado en el instinto y en el sentir, mas que en la lógica. Es como cuando uno envaina la espada durante la práctica de Iaido. Sólo se puede sentir dónde está la punta de la espada cuando lo retornas a la saya. No hace falta mirar hacia abajo cuando se vaina una espada. 

¿Cuál es su impresión de cómo se está transmitiendo el Aikido después de la muerte de O-Sensei?

No se está transmitiendo. 

Hace falta enfatizar los elementos básicos, en América y en las demás partes del mundo. La gente necesita estar consciente de la importancia de los elementos básicos. Los elementos básicos deben estar sólidos y deben ser exactos. Nikkyo y otras técnicas se hacen de una cierta manera. No se puede progresar hacia los reversos o variaciones hasta que los elementos básicos estén establecidos. Yo no creo que esto esté siendo transmitido alrededor del mundo. Hay que trabajar en lo básico. Todo lo que hacía O-Sensei era lo básico, y esa idea no se está comunicando. 

* Nota del Editor: el Sr. Nishiuchi era un uchideshi quien luego dejó el Aikido alrededor de la época del fallecimiento de O-Sensei.