Seiichi Sugano
8º Dan, Shihan
New York Aikikai, Director Técnico en Australia y Bélgica

"Un Buen Reto":Una impresión personal de una muy importante Escuela de Invierno para Aiki-Kai Australia


Las fotografías y el texto por John Litchen, Nidan, Gold Coast Dojo, Queensland, Australia

Nota del Editor: estamos contentos de reimprimir esta historia inspiradora del retorno de Sugano Sensei al oficio de enseñanza, publicado originalmente en la página web de Aiki-Kai Australia (www.aikido.org.au). Agradecemos a John Litchen (Editor de Aikido Australia) y Aiki-kai Australia por concedernos el permiso de la reimpresión; y a John Watson y Andrew Dziedzic por su valiosa asistencia en montar y apoyar nuestras comunicaciones.Nos sentimos muy contentos de haber hecho contacto con los miembros de Aiki-Kai Australia, y de haber tomado un paso hacia delante y hacia relaciones más estrechas entre los alumnos de los sensei de Shihankai.
Hubo un gran grupo de nosotros sentados en seiza, esperando para darle la bienvenida a Sugano Shihan — no con temor sino con una anticipación inquietada. Esto iba a ser el primer seminario enseñado por el Sensei a solo tres meses de las operaciones que le salvaron la vida y que resultaron en la amputación de su pie izquierdo, como también una parte de su pierna izquierda a fin de poder calzar la prótesis.

Muchos de nosotros todavía estábamos conformándonos con la idea de Sensei como alguien amputado, y nos preguntábamos qué haría esto en su Aikido. Habíamos seguido su progreso tal como lo reportaban en la página web del New York Aikikai, pero ninguno de nosotros teníamos alguna idea real de cómo estaría él.

Lo único que sabíamos era que se requirió una tremenda valentía para venir y hacer un viaje tan largo (New York a Sídney) tan pronto luego del trauma de una amputación.

La noticia era que él iba a encargarse de la clase matutina cada día, y había mucha especulación emocionada sobre cómo iba a hacer esto. Habíamos asumido naturalmente que él iba a supervisar mientras otros Shidosha mayores se encargarían de las clases, pero en verdad enseñar las clases -- ¿esto podría ser cierto?

Hacía frío afuera ese lunes, el primer día de entrenamiento, pero el sol brillaba y prometía ser un hermoso día. Sensei llegó usando un largo abrigo negro que se quitó y se lo entregó a uno de los alumnos mayores que estaba acompañándolo a lo largo del camino hacia el dojo. Ellos estaban allí para ofrecerle asistencia en caso de necesitarlo, pero Sensei había usado un bastón para caminar, y calmadamente caminó por la vía inclinada y subió las escaleras completamente por sí solo. Colocó su bastón recostado hacia la pared al lado de la entrada, tomó un paso hacia atrás para entrar al tatami dejando sus sandalias en el borde. Se dio la vuelta hacia nosotros y sonrió.

Tony Smibert Sensei, que es el Vice Presidente de Aiki-Kai Australia y Vice Director de la Federación Internacional de Aikido, entró al tatami para darnos a todos la bienvenida a la escuela de invierno del Sensei, y agradeció a Sensei por el esfuerzo enorme para poder llegar acá. Terminó su breve discurso diciendo, “Al final de la escuela de verano anterior, habíamos dado las gracias a Sensei con una ronda de aplausos. Quisiera comenzar esta escuela con una ronda de aplausos como una manera de agradecer de antemano a Sensei.”

El entusiasmo de los aplausos casi levanta el techo.

Sensei caminó hacia nosotros y hacia el centro con sólo un ligero bamboleo o temblor que delataba el hecho de que todavía estaba acostumbrándose a caminar con su nueva prótesis. Se detuvo en frente del Kamiza, y por unos segundos parecía estar pensativo. Con la cara frente a nosotros dijo, “No he trabajado la forma de sentarme todavía.”

Varios estudiantes mayores aparecieron, listos para brincar y correr hacia él, pero la ayuda de ellos no era necesaria.

Sensei colocó su pierna derecha hacia atrás como si estuviese preparando para hacer ukemi hacia atrás. Lentamente bajó su cuerpo, y apoyándose de su mano derecha, se sentó con su pie izquierdo hacia delante y su pie derecho cruzado por debajo. No podía doblar la pierna izquierda más de 90 grados, y por supuesto la parte de la prótesis para el pie tampoco se podía doblar. Sin embargo él parecía estar perfectamente relajado con su espalda recta y sus brazos extendidos para que sus manos estuviesen descansando sobre sus rodillas.

Después de unos momentos, se volteó hacia Kamiza y todos hicimos los saludos formales.

Luego de la etiqueta en el comienzo, Sensei entonces nos contó sobre su operación. Él lo consideraba “muy interesante” que los médicos le pedían firmar papeles dejándolos amputar su dedo gordo del pie izquierdo, pero igual amputaron el pie completo. Cuando se despertó, ellos explicaron que la infección se estaba extendiendo extremadamente rápido, y no tuvieron otra opción. También le informaron que él necesitaría otra operación cuando estuviese listo para la prótesis diseñada especialmente para él.

¡Él encontró esto interesante!

Echó broma de lo sorprendido que estaba, y que su primer pensamiento fue: “Esto va a ser un buen reto.” Entró en detalles sobre la segunda operación necesaria para dar forma a los huesos para que estos pudiesen fusionarse juntos para formar una buena base para calzar la prótesis. Tomaría 6 meses para que los huesos se fusionaran completamente. Habló de los problemas que tuvo con la pérdida de sangre, las altas temperaturas, y otras complicaciones causadas por su diabetes. Nos preguntó si teníamos algunas preguntas y él estaría encantado de responderlas.

Lo maravilloso fue la facilidad con la cual él hablaba sobre lo que le había ocurrido. Nos hizo sentir a todos relajados, viendo lo confortable que él estaba con su situación.

Esto duró como por 30 minutos o más, cuando de pronto nos pidió pararnos. Mientras otras personas luchaban para pararse, sacudiendo las piernas entumecidas para que volviera la circulación, él se paró con facilidad.

Luego de los ejercicios de respiración misogi y enfoque, siguió con Tai no henka desde gyaku hanmi katatetori. Mientras se movía fuera de la línea para conducir a Uke en un estiramiento de espalda, obviamente él tanteaba y sentía su camino, ajustando su balance con un escaso y pequeño paso al final del movimiento. Uke también tenía cuidado en no atacar tan velozmente. Una vez que todos estaban haciendo el ejercicio, él se movió alrededor observando como siempre lo hace, corrigiendo algunos, y simplemente observando a otros.